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lunes, 28 de mayo de 2012


Somos lo que creemos. Valemos lo que tenemos en la mente y en el alma. Alcanzamos lo que soñamos con toda intensidad
Nadie triunfa por casualidad. Cada hombre exitoso posee una filosofía de vida que lo lleva a tomar decisiones correctas en los momentos precisos.
Mañana sólo vas a cosechar aquello por lo que te partiste el alma hoy.
Sólo los de mente arcaica piden limosna; son inútiles, aunque tengan veinte años de edad. Pero tú eres joven mentalmente. Tú puedes lograr tus sueños.
Comienza a hacer lo que te corresponde, hoy mismo. Haz que tu mejor esfuerzo se convierta en tu mejor plegaria.
Tienes inteligencia, voluntad, conciencia; todos los elementos para triunfar. Si no logras tus anhelos es que no pagaste el precio.
¡Actúa! ¡Deja de suspirar y hacerte el mártir! ¡Si no triunfas, es porque no quieres! No inventes excusas. Sal al campo de batalla. Hazte oír, hazte valer.
Si no crees en ti, nadie lo hará; si no levantas la mano por temor a la crítica, podrías morirte y nadie te echaría de menos.
¡Lucha! ¡Incluso un poeta luchador es mejor que un poeta aislado! El hombre que se dice intelectual y se retira permanentemente, en realidad es un perezoso.
Los seres ordinarios tienen pereza de pagar el precio. Quieren llegar a la cima sin prepararse ni moverse.
Los mediocres ven al triunfador y lo minimizan, pero no se dan cuenta de que el triunfador ha dado la vida por sus anhelos.
Las ideas te hacen libre o esclavo. De ideas positivas te sostienes para salir del fango, como si fueran ramas de un árbol que se inclinan hacia ti.
La medicina para superar tropiezos es esforzarse, cambiar de actitud, lograr una nueva mentalidad y un incremento en tu autoestima.
¿Estás abatido? El árbol podrido en que te refugiabas fue tragado por el pantano; caíste al fango y has permanecido en él. Sacúdete el lodo, ten el coraje, la fuerza y la fe para mover tus alas anquilosadas hasta que logres elevar el vuelo rumbo al bosque fértil que te está esperando.
No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importan las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad; siempre estamos a tiempo para decir “basta”, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar muy alto y muy lejos del pantano.
Autor: Carlos Cuauhtémoc Sánchez
Puedo soportar la lluvia que cae sobre el techo de esta casa vacía
Eso no me molesta…
Puedo soportar un par de lágrimas a veces y dejarlas salir
No tengo miedo de llorar de vez en cuando
Aunque seguir adelante ahora que te has ido me sigue doliendo
Hay ciertos días ahora y después en los que finjo que estoy bien
Pero eso no es lo q me molesta

Lo que duele más…
Es haber sido tan cercanos
Y haber tenido tanto que decir
Y ver que te alejas
Y nunca saber
Lo que pudo ser…
Y que no hayas visto que amarte
Es lo que intentaba hacer

Es tan difícil lidiar con el dolor de perderte en donde sea que estés…
Pero lo estoy haciendo
Es tan difícil forzar una sonrisa cuando veo q nuestros amigos y estoy tan solo
Es aun más difícil
Levantarme, vestirme, vivir con este arrepentimiento
Pero se que si lo pudiera volver a hacer
Cambiaria y te entregaría todas las palabras que guarde en mi corazón
Que no deje salir…

Lo que duele más…
Es haber sido tan cercanos
Y haber tenido tanto que decir
Y ver que te alejas
Y nunca saber
Lo que pudo ser…
Y que no hayas visto que amarte
Es lo que intentaba hacer

Lo que duele más…
Es haber sido tan cercanos
Y haber tenido tanto que decir
Y ver que te alejas
Y nunca saber
Lo que pudo ser…
Y que no hayas visto que amarte
Es lo que intentaba hacer

Y que no hayas visto que amarte…
ES LO QUE INTENTABA HACER…





copiado del blog de una amiga.




Pasos firmes que demuestren seguridad al andar. Para que te vean como una princesita que siempre sonríe porque su mundo nunca se le destruye. Siempre hay algún príncipe que lucha por arreglarlo todo. Y aunque hoy, yo no tenga príncipe y mi mundo se esté cayendo a pedazos... quiero caminar firme, demostrando seguridad en mí misma. Porque quiero sentirme como una princesa. Y qué más da que me falte mucho para que la sonrisa salga natural, por el momento quiero demostrar que yo puedo con todo y mucho más. Que puedo vencer cada uno de los obstáculos, que podré caerme es cierto, pero que si es necesario me levantaré cien veces más y con más fuerza y ganar de seguir.



Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso cuando lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinan de mi.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que es solo mi proyección mental y ya no puede herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan mas vida y si nos sentimos desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más.
Autor: Pablo Ciappa



domingo, 6 de mayo de 2012

me ajusto a la vida pero la vida no es justa, quien yo quiero no me quiere y quien me quiere no me gusta.