¡Hola! Has llegado a mi pequeño mundo, a ese lugar donde de vez en cuando arrojo mis sentimientos, los dejo hablar para aliviar esa carga de necesitar escribirlos, sentir que alguien más se ha sentido alguna vez así. Desde inmensamente triste a enormemente feliz, pletórica/o y con ganas de gritarle al mundo lo feliz que es. Pues allá va... ¡Gracias por visitarme!
Seguidores
lunes, 4 de febrero de 2013
Pero lo cierto es que no todas las despedidas duelen. Porque existen tantos tipos de despedidas como personas hay en el mundo.
Existen las despedidas de amor, siempre tristes y siempre dolorosas; en las que se cierra una puerta ,muchas veces, con la esperanza de abrir otra.
Las despedidas banales, en las que aparentemente nada cuenta, nada importa, hasta que el hueco del sofá te dice lo contrario.
Despedidas llenas de miedo, de terror, por lo que se esconde detrás de ellas, especialmente, cuando lo que se esconde es lo desconocido.
A mucha gente le gusta maquillar las despedidas con un reconfortante "Hasta siempre". A mi no. Cuando me despido de alguien nunca echo la vista atrás. Para mi solo hay una manera de decir adios; y es decir "Hasta nunca".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario